Proyecto raquel: en el corazón de la iglesia

PROYECTO RAQUEL: SE INICIÓ EN EL CORAZÓN

Hace cuarenta años, me encontré por primera vez con las heridas que deja el aborto en el alma de las mujeres. Una amiga había dado a su primer bebé en adopción. Más tarde, sufrió abuso sexual por parte de un familiar, que resultó en su segundo embarazo. Su madre hizo arreglos para que tuviera un aborto seguro pero
ilegal. No sabía su madre que le había comprado a su hija un pasaje sin retorno a una vida de sufrimiento.

Luego en su vida luchó contra intentos de suicidio, un matrimonio abusivo, dependencia de
las drogas, y se convirtió en abusiva con sus otros hijos. Siempre decía: “Puedo vivir con la adopción. No puedo vivir con el aborto”. Mi búsqueda de respuestas a su dolor me llevaron a obtener un título en psicología, a certificarme para ayudar a los afectados por pérdidas perinatales y consejera para el duelo, y a obtener
certificados en asesoramiento para trauma y dirección espiritual.

El dolor de mi amiga fue un hecho que me cambió la vida, y finalmente me llevó en 1984
a crear el Proyecto Raquel, un ministerio de sanación posterior al aborto que la Iglesia Católica ha establecido en las diócesis. La gente siempre me pregunta si me deprimo al oír todas las historias dolorosas que me cuentan.
Nunca me deprimo porque SÉ que Dios sanará a quien se lo pida. Dios está vivo. Nunca nadie me ha llamado y dicho que no hubo sanación si abrió su corazón al Señor. De hecho, las mujeres por lo general me dan un
abrazo y me dicen en voz baja: “gracias”. Hace poco me encontré con una mujer a quien había aconsejado. Con una amplia sonrisa, dijo: “¡Tú y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo!”. Y la alegría que tenía en los ojos me dijo que la mano misericordiosa de Dios la había tocado y sanado. Si le das permiso a Dios para que te sane, eso sucederá, y te sorprenderás por los “acontecimientos de Dios” en tu vida.

Vicki Thorn
Fundadora, Proyecto Raquel y Oficina Nacional para Reconciliación y Sanación Postaborto

PROYECTO RAQUEL: EN LAS PALABRAS DE LOS OBISPOS

En su primer Plan pastoral para actividades pro-vida (1975) elaborado en respuesta a la legalización del aborto en todo el país, los Obispos católicos de EE.UU. comprometieron “los recursos pastorales de la Iglesia” a “las necesidades específicas de… quienes han tenido o han participado en un aborto” (nº 6). Hacen hincapié en que “es importante que nos demos cuenta de que la misericordia de Dios siempre se encuentra disponible y de manera ilimitada, que la vida cristiana puede restaurarse y renovarse por medio de los sacramentos, y que la unión con Dios puede lograrse a pesar de los problemas de la existencia humana” (nº 24).

En su reafirmación de 2001 del Plan Pastoral, los obispos reiteraron y ampliaron su llamado a un enfoque especial en la sanación y reconciliación posterior al aborto:

Muchos hombres y mujeres sufren dolor y angustia después de un aborto que perduran por muchos años. Las mujeres en la actualidad hablan del estrés posterior al aborto y revelan una común experiencia de pesar en “salas de conversación cibernéticas”, en libros y en grupos de apoyo.

La Iglesia ofrece la reconciliación así como también el cuidado espiritual y psicológico para aquellos que sufren de las consecuencias del aborto principalmente mediante programas diocesanos, muy a menudo llamados Proyecto Raquel. Dichos programas están a cargo de sacerdotes y consejeros profesionales especialmente capacitados que proporcionan asistencia individual. También existen en muchas áreas otros ministerios postaborto que cuentan con grupos de apoyo y retiros.

Todo programa patrocinado por la Iglesia y toda organización y agencia que se pueda identificar como católica debería saber a dónde dirigir a quienes necesitan recuperarse después de un aborto. El Secretariado de Actividades Pro-Vida y muchas oficinas diocesanas pro-vida tienen disponibles materiales especiales para asistir a los sacerdotes que hacen este ministerio. (págs. 26 y 27)

PROYECTO RAQUEL: RED DE SANACIÓN EN EL CORAZÓN DE LA IGLESIA

El Proyecto Raquel, que se ofrece en casi todas las diócesis católicas de Estados Unidos, es una red de personas que incluye a sacerdotes, profesionales de salud mental y otros que proporcionan atención privada a quienes luchan después de haber participado en un aborto. El Proyecto Raquel puede incluir otros servicios tales como diversos modelos de retiro, grupos de apoyo, estudios bíblicos, ejercicios para escribir un diario y rezar, pero ante todo es una red de sanación que vincula a aquellas personas que lo necesitan, con los sacramentos y consejos, justo en el corazón de la Iglesia.

No sabemos cuántos millones de abortos realmente han ocurrido porque estos no comenzaron con la decisión de la Corte Suprema; solamente comenzamos a contar en ese momento. Muchos abortos ocurrieron durante la I y II Guerra Mundial, y la Gran Depresión. El Instituto Alan Guttmacher, brazo investigador de Paternidad Planificada, declaró que “el 43% de las mujeres en Estados Unidos habrá tenido al menos un aborto para la edad de 45 años”. Esta es una tasa asombrosa. Y es importante recordar que por cada aborto hay también un padre y una familia extendida que incluye a los abuelos, hermanos de los padres y del niño perdido, y un círculo de amigos. Cualquier persona de este círculo puede buscar ayuda.

Nuestra sociedad ha perjudicado a las mujeres al fingir que el aborto borra la experiencia del embarazo. Las organizaciones proaborto reconocen que hasta un 10 por ciento de las mujeres que ha tenido abortos puede tener consecuencias psiquiátricas graves. Asimismo, la cantidad de mujeres que está lidiando con problemas relacionados con el aborto, pero no bastante severos como para clasificarlos como “psiquiátricos graves”, es asombrosa. Hay gran cantidad de mujeres que no encaja en la categoría del “10 por ciento”. Son solteras y casadas, con o sin hijos. Están en todas partes. Algunas han escondido el hecho durante años. Algunas han estado tratando de encontrar maneras para suprimir su sufrimiento con medicación. Otras han luchado contra la depresión y los desórdenes de ansiedad, fracasos en las relaciones, infertilidad y dificultades en el embarazo; y tal vez, nunca relacionaron estas dificultades con el aborto que sufrieron.

El Proyecto Raquel no utiliza el lenguaje del síndrome postaborto que muchos otros utilizan. Un “síndrome” implica una patología, que es el peor de los casos. Pero para muchas mujeres, las secuelas del aborto no se refieren a una patología física, sino al dolor y a la culpa. Estos sentimientos requieren sanación espiritual y psicológica. En el proceso de sanación hay que tratar ambos aspectos.

El dolor y la culpa son reacciones normales de una mujer que ha perdido a un hijo, o hijos, de forma traumática y no natural. Cómo trata de hacer frente a esta pérdida puede ser el lugar donde entran las cuestiones patológicas. Puede sentir este dolor inmediatamente después del aborto o puede que no llegue a entenderlo por muchos años, cuando un “incidente desencadenante” de repente la hace consciente de su
necesidad de sanación. Aquí es donde y cuando la Iglesia necesita estar lista para ella. Y el Proyecto Raquel está en el corazón de la Iglesia.

El Papa Juan Pablo II se dirigió a las mujeres que han sufrido un aborto con una afectuosa compasión y un profundo entendimiento de sus necesidades:

Probablemente la herida aún no ha cicatrizado en vuestro interior. Es verdad que lo sucedido fue y sigue siendo profundamente injusto. Sin embargo, no os dejéis vencer por el desánimo y no abandonéis la esperanza. Antes bien, comprended lo ocurrido e interpretadlo en su verdad. Si aún no lo habéis hecho, abríos con humildad y confianza al arrepentimiento: el Padre de toda misericordia os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la Reconciliación. Os daréis cuenta de que nada está perdido y podréis pedir perdón también a vuestro hijo que ahora vive en el Señor. (El Evangelio de la Vida, no. 99)

Proyecto Raquel, el ministerio de la Iglesia Católica a los que han estado involucrados en el aborto, es una red basada en la diócesis de sacerdotes especialmente entrenados, religiosos, consejeros y laicos que proporcionan una respuesta del equipo de atención para las personas que sufren como consecuencia de aborto.Además de referirse a reconciliación sacramental, el ministerio proporciona una red integrada de servicios, incluyendo el asesoramiento pastoral, grupos de apoyo, retiros y derivaciones a profesionales de la salud mental con licencia

Si usted o alguien que usted conoce está sufriendo después de un aborto, ayuda confidencial que no juzga está disponible . Llamar al número del Proyecto Raquel nacional gratuito: 888-456-HOPE ( -4673 ) o visite HopeAfterAbortion.org .

Hispanohablantes pueden visitar EsperanzaPosaborto.org

Para información sobre materiales del Proyecto Raquel en su área, visite: www.hopeafterabortion.org y esperanzaposaborto.org

Y visite el Secretariado Pro-vida de la United States Conference of Catholic Bishops en: http://www.usccb.org/issues-and-action/human-life-and-dignity/abortion/post-abortion-healing/index.cfm